Entre tanto muerto, entre tando pálido...
Desde lo lejos, brillabas más que nunca.
La última vez te encontré entre las páginas de un libro olvidado por ahí
en uno de mis ataques de curiosidad loca,
Nunca supe cómo te llamabas, nunca me interesó saber tu nombre
sólo me interesaba tenerte/encontrarte...
Nunca te fuiste de mí, nunca deje de escuchar tu rose con el pasto,
nunca tu apodo pesó tanto como ahora, nunca creí que tus palabras vibrarán tanto en un corazón vacío, nunca pensé encontrarte en mi patio, como quien florece entre la maleza...
Me mirabas con aires de recuerdos...
Me cegaste, sin doler con la luz,
al ritmo de sonidos polvorientos y luces apagadas, te hice mía como nunca nadie fue capaz de hacerlo,
Tan mía, tan mía, como nunca nadie me pertenecío.
Nunca olvidare nuestro primer encuentro,
¿lo recuerdas? vivo entre pagínas gastadas y viejas...
Aquella primera vez, te quise, como jamás quise a alguien, me apropie de tus frágiles manos,
Asaltaste mi cabeza antes que pudiera terminar de cerrar los ojos en un pestañeo,
me envolviste con tu córazón amarillo, y tus brazos morados
Entonces...Uno, dos, tres
Nunca me olvides.
